lunes, 14 de diciembre de 2009

Después de tanto tiempo

Regreso hoy a éste espacio, después de tanto tiempo sin alimentarlo... y lo hago de las palabras escritas por otros en éste caso, pero que influye y deja un mensaje esperanzador en todos los lectores... acompáñenme...

Había una ciega sentada en la calle, con una taza y un pedazo de cartón, escrito con tinta negra, que decía ... por favor, ayúdenme, soy ciega.

Un creativo de publicidad que pasaba frente a ella, se detuvo y observó unas pocas monedas en la taza.

Sin pedirle permiso tomó el papel, le dio vuelta, tomó un marcador negro que el llevaba y escribió otro anuncio.

Volvió a poner el pedazo de cartón sobre los pies de la ciega y se fue.

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente a la ciega que pedía limosna... su taza estaba llena de billetas y monedas.

La ciega reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que escribió su cartel y sobre todo, que había escrito.

El publicista le contestó: nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras.

Sonrió y siguió su camino.

El nuevo mensaje decía: HOY ES PRIMAVERA Y NO PUEDO VERLA.

La reflexión es la siguiente... cambienmos de estrategia cuando no nos sale algo... puede que resulte mejor de ésa nueva manera.

Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.

Las masas humanas mas peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo... del miedo al cambio.

Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás los resultados que siempre has obtenido.

El mundo de hoy exige resultados para vos, para todos.

Permitanme dedicar ésta reflexión a mi adorada hija Ana Cecilia, pronta a ser mamá, porque gracias a ella, entendí que cambiar no es fallar, no es temer, no es fracasar.

Seguimos en contacto

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